Pues como le sucedió a Madrid, un servidor se quedó en la final y tocando con los dedos la meta. Son cosas de la vida y, aunque cueste aceptarlo, hay que mirar hacia delante y mantener la moral lo más alta posible. Admito que no era el final deseado, que despedirme tan temprano de ABC ha sido un golpe pero el tiempo para lamerse las heridas ya pasó. De todas formas hace una semana (parece mentira como transcurren los días) tenía los ánimos por los suelos, y por muchos consuelos que te den, de poco sirven las buenas palabras en estas ocasiones. Luego el tiempo, el transcurrir de los días otorga una mayor perspectiva y restaña las heridas, para finalmente asumir tu situación y hacer todo lo que está en mano de uno con el objetivo de avanzar y mejorar. Aún no he llegado a la última estación de este proceso, pero estoy muy cerca y, bueno, no es el fin del mundo que diría Carmen (claro, ella ya tiene curro).
Por lo demás, prefiero quedarme con el lado positivo del asunto: la simpatía de mis ya ex compañeros, sus palabras de aliento, el trabajo realizado, las fiestas, mis amigos del máster y de la Escuela de Prácticas, mi estancia en el Congreso de los Diputados, etc. En fin, gracias a todos por los buenos momentos. Y aunque no deseado un nuevo reto: Volver a empezar, no de cero, pero casi...
Carlos, siento que no te hayas podido quedar al final. Piensa que ahora se abre una nueva puerta, tal vez no la deseada pero una nuevo camino al fin y al cabo. Todo tiene un por qué y ofrece una posibilidad a su paso. Créeme, te lo dice alguien que hasta no hace mucho lo veía muy negro, tras el cierre de La Tribuna, y que ahora entiende que posiblemente ése no era su camino. Como bien dices, la perspectiva te ayuda a verlo y aceptarlo de otra forma. Aún así, espero que todo te vaya bien. Mucha suerte.
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